• Margiela Artisanal SS24: make fashion great again

    Ha renacido la moda. Que viva el rey, John Galliano. Margiela Artisanal presentó su colección de Alta Costura primavera 24 bajo el puente Alexandre III y la primera luna llena del año. Con toda la mística de lo que esto implica, un bar con tazas y copas arrumbadas, mesas de billar, diarios viejos, botellas de licor a medio tomar, paredes descascaradas y tablas de madera polvorientas fue el escenario para la última fecha de couture week. Empecé a escribir esto el mismo jueves del show, es lunes y recién lo estoy terminando. Necesité todos esos días para procesar lo que vimos y en ese lapso, no abandonó mis pensamientos por un momento. Es lo único sobre lo que quiero hablar, lo único que quiero ver. Así que acá estamos, tratando de poner en palabras lo que sentí ese día. A pesar de que tuve varias horas para procesar lo que vi (online aunque hubiese dado un riñón por haberlo presenciado en vivo) sigo profundamente conmovida. 

    Todo empezó con Lucky Love, un artista encorsetado, con el bigote de Freddie Mercury y un brazo amputado cantando junto a una banda. A eso se le sumo un corto en blanco y negro donde maravillosamente el protagonista del final traspasaba la pantalla y daba inicio al desfile. Otro varón encorsetadisimo, llevando una boina y corriendo agitado con su silueta contrastando con el fondo recobraba el aliento mientras un piano dramático acompañaba su caminar frenético e inusual. La figura vampírica con poses marcadas, la interacción con el ambiente y con el público ya nos daban la pauta de que esto no iba a ser un desfile más. Lo que le siguió fue una procesión de criaturas oscuras que abrazan la noche y salen a jugar cuando el resto duerme. Prostitutas con sus pelos enmarañados y su intimidad al descubierto (dato: no estaban desnudas realmente sino que eran bombachas hechas de microtul con pelo real a lo merkin victoriano),  reencarnando los días del tightlacing y contorneando sus caderas en una invitación a lo prohibido, lucían vestidos manchados con té y comidos por las polillas. Algunos con colores impresionistas, otros negros de encaje.

    Ladrones y amantes buscando refugio. Malandros perseguidos y desafiantes. Muchachos con sastreros y sobretodos escondiéndose mientras entraban a este bar de mala muerte donde coqueteaban con las cortesanas y la gente presente. Muñecas de porcelana tamaño real con siluetas imposibles de cinturas de avispa y caderas exageradas pavoneándose con sus carteras pegadas con cinta scotch. La coreografía a cargo de Pat Boguslawski fue ultra necesaria para hacer de esto algo superior a todo lo que veníamos viendo en los últimos días o me atrevo a decir, años.

    Como también lo fue el maquillaje de Pat McGrath (maquilladora legendaria que viene colaborando con Galliano desde hace décadas) imitando la porcelana de una forma que bordea la brujería y dejó a toda la internet conjeturando y tratando de adivinar qué es lo que había usado para conseguir ese brillo perfecto. Perdí la cuenta de cuantos TikToks vi intentar recrearlo.

    El show lo cerró Gwendoline Christie cubierta de látex con muchas capas, guantes de ópera, tacos altísimos para sumar a su ya increíble 1.91m de altura y nuevamente el corset mágico de Mr Pearl (corsetier mítico encargado de hacer trabajos para Mugler y Mcqueen). Un cast y equipo de la puta madre. Y eso que no conocemos los nombres de las petit mans y artesanos del atelier que trabajaron por más de un año puertas cerradas desarrollando técnicas nuevas como la de la falda plizada que parecía cartón corrugado. Lo increíble de esta colección es que en primera instancia la ropa es bastante simple (hay vestidos hermosos que ojalá veamos en alguna alfombra pronto) pero mayormente consta de trajes de lana, blazers, tapados y faldas lápiz manipuladas de una manera que parecen arruinadas por la vida tumultuosa de estos personajes. 

    En eso radica la magia de la alta costura y la visión de Galliano. Encontrar belleza en lugares que no son los convencionales, en lo decadente, abrazar la oscuridadalgo muy recurrente tanto en la carrera de John como en su vida personal– y darle lugar a los outcasts, a los raros, a los olvidados (tan solo vean el cast de modelos lejos del sample size). La esencia de la fotografía de Brassaï y la pintura de Toulouse-Lautrec traída a la vida. Un viaje en el tiempo que unió los burdeles de la belle epoque con la vulnerabilidad de los 30. Un parade cargado de erotismo y un sin fin de referencias desde Madeleine Vionnet hasta su propio maniquí antiguo, “Auntie”.

    El poder de su storytelling fue tan grande que movió cada fibra de todos aquellos que amamos la moda y nos recordó de eso que tanto nos gusta y nos llena.

    Galliano siempre fue uno de mis diseñadores favoritos junto a McQueen por esta misma razón. No solo su técnica es impecable y fabulosa sino que tiene la capacidad de transportarte a otro mundo, de hacerse sentir cosas que el resto de los diseñadores simplemente no pueden.  Galliano es más que un buen couturier, es un hechicero. Un alquimista.

    Él mismo lo dijo en sus shownotes:  “El ritual de vestirse es una composición del yo. Con el cuerpo como lienzo, construimos un exterior expresivo del interior: una forma de emoción. La Colección Artesanal Maison Margiela 2024 pinta un cuadro de las prácticas y sucesos que dan forma al carácter reflejado en nuestro vestido.” El tema de esta colección es obviamente el cuerpo -reflejado en la manipulación de la forma a través de los volúmenes y las siluetas artificiales- pero también la emoción. Un viaje al pasado. A aquellos años en la París bohemia, claro, y a su vez a la época de la alta costura que tanto amamos. Una teatral, poética y llena de pasión y drama. 

    La industria está pasando por un momento hiper comercial donde todo es quiet luxury, minimalista, neutro y aburridísimo. Muchas marcas terminan siendo iguales a las demás porque es lo que vende. Estaba faltando el elemento de la fantasía por la fantasía misma. Una historia contada por fuera de los salones inmaculados y tradicionales al couture. En mi podcast dije que para mí, luego de la pandemia las tendencias que se viralizaron tenían que ver con esto, así que no creo que sea casualidad que quieran rescatar ese sentimiento. 

    Solo que en lugar de hablar sobre princesas y castillos, Galliano habla sobre muñecas rotas y bares clandestinos. Tiene la capacidad de poder conversar con sensibilidades que a muchos les son ajenas y más aún cuando hablamos de alta costura. Mientras todos los demás hacen trajes con cristales, bordados y textiles dignos de un baile en Versailles, Galliano juega en su propia liga. Y no es que nunca hizo estos vestidos lujosos pero además de mostrarte algo lindo, te hacía sentir cosas. Muchas, distintas y todas a la vez. Contradictorias incluso. Polarizantes como él y toda su persona.

    Se distancia de lo que es tradicionalmente bello para construir un mundo inmersivo y siniestro que también puede ser apreciado. Un lugar en la imaginación donde escapar o reencontrarse con lo que ocultamos.

    Los que crecimos admirando su trabajo en Dior y viendo los shows en YouTube deseando con todas nuestras fuerzas volver a experimentar algo así, sentimos esa nostalgia inmediata de lo que una vez fue y la emoción de haberlo vivido en vivo. Ser contemporáneos a un desfile que ya está marcado en la retina de todos y que va a quedar en los libros de historia para siempre.  ¿Quién sabe cuántos niñxs en un futuro van a nombrarlo como el show que les enamoró de la moda? ¿Cuántos diseñadores van a referenciarlo?

    Es muy pronto aún para determinar si el encanto de Margiela ss24 fue algo de una sola vez o un shift en la industria pero es evidente que hay una esperanza renovada, una ilusión nueva reafirmando que la moda es un arte y herramienta de comunicación poderosísima. Los asistentes al show aplaudieron, gritaron, patalearon y hasta hay un video de Anna Wintour sonriendo de oreja a oreja. Las redes no hablan de otra cosa y la conversación va a seguir por mucho más. 

    Galliano no salió a recibir su tan merecida ovación. Un poco porque Martin Margiela no lo hacía y otro poco porque desde su incidente en 2011 se alejó mucho del ojo público. Esta colección fue el aura, la esencia y el alma de todo lo que Galliano es. De todo lo que la moda debería ser. Irreverente, descarada, contracultural y revolucionaria, inspiradora y movilizante. No pasa todo el tiempo pero cuando lo hace, te deja recalculando varios días.

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