F**k Gender Roles

Buen viernes! Cómo están? Disculpen la falta de posteos en estos días, tuve una semana complicada pero no quería dejar de escribir algo hoy en el día de otra nueva marcha contra la violencia de género.  El año pasado, escribí este texto que desgraciadamente sigue vigente como cuando fue publicado.  La verdad es que no quiero extenderme mucho en esto porque  hoy quiero hablar de otra cosa. 

La violencia viene en muchas formas, no sólo física y en el mundo de hoy, hay cosas que lo que hacen es perpetuar ciertos tipos de violencia que son naturalizadas y que pueden llevar a cosas peores. En caso de que no sepan, les explico. Los  roles de género son normas sociales que dictan que tipos de comportamientos son aceptados y apropiados para las personas basados en su género (principalmente hablamos de una concepción binaria hombre/mujer).

Pero, ¿Porque esto está mal? ¿Cómo es que es un tipo de violencia? Porque estos roles, dictan desde antes de nuestro nacimiento, cómo tenemos que ser (o que se espera que seamos), las nenas con las nenas, jugando a la casita, siendo frágiles y vistiendo de rosa. Los nenes con los nenes, jugando a las armas, no pudiendo llorar (porque es de nena) y vistiendo azul. Las mujeres en la cocina o lavando y los hombres trabajando. Y la lista es eterna, seguro que no tengo que explicar mucho porque es cosa de todos los días, seguro que mil veces vieron a su papá levantarse de la mesa para ir a ver la tele y a su mamá lavar los platos. O que les pidan a las mujeres de la casa “ayudá, nena!” mientras que a su hermano se lo piden bastante menos.

Crían a las nenas de una forma y a los nenes de otra, basados en estos roles que se nos son impuestos, porque hay una concepción de que aparentemente, son nuestros genitales los que dicen que podemos o no hacer. Nuestros genitales dicen que nos podemos poner, que podemos decir, a dónde podemos ir, si podemos estar solxs o acompañadxs, si lo que vamos a hacer se va a ver “bien o mal” si es correcto o incorrecto y si es aceptable o no.  Todo esto, increpado por un modelo de sociedad patriarcal, nos afecta a todos sin importar lo que tengamos entre las piernas.  

Los hombres no lloran, las mujeres no pueden hacer trabajos manuales, los hombres que usan rosa son putos y las mujeres que tienen el pelo corto son lesbianas. Los nenes que quieren jugar con muñecas están desviados y  las nenas que prefieren a los superheroes son “machonas”. Basta, hay que dejarse de joder.  

La ropa no tiene sexo. Los colores no tienen sexo. Los gustos, la música, el amor, los rasgos de personalidad, las profesiones, la forma de ser, no tienen sexo. Imponer esto es violencia y lleva a cosas peores y más terribles. La forma de terminar  con la violencia de género, con la discriminación y el desprecio hacia cualquiera que no se adapte a estos moldes, es eliminando los roles de género. Haciendo lo que uno quiere hacer sin importar lo que “te haya tocado ser”.

Una de mis frases favoritas en la vida es una cita de Dumbledore en Harry Potter y el Cáliz de fuego que dice “‘It matters not what someone is born, but what they grow to be” que se traduce a –No importa las condiciones en las que uno nace, sino lo que llega a ser cuando crece- y creo que esto es importante porque explica bastante lo que quiero decir, dejemos de condicionar y de poner presión en aquellos que recién entran en el mundo, en el resto que trata de vivir llenando esas expectativas todo el tiempo y no puede realmente ser quien quiere ser.  Dejemos de separar y de diferenciar para unir y que todxs sin importar quienes sean o cómo se identifiquen, tengan las mismas oportunidades y derechos.  Dejemos de “tener que ser” para empezar a “querer ser”.  Seamos libres, lo demás no importa nada.