Nine

Todos los dos de diciembre escribo lo mismo. Nuevamente, se cumple un año más de Intravenous Sugar online. Ya van nueve años, el año que viene se cumple una década y no puedo evitar emocionarme. Además de Harry Potter, esto es lo que más mantuve en el tiempo. Ya lo dije mil y un veces pero eso para mi es un super big deal. 

Empecé a escribir el blog cuando estaba terminando la secundaria, me encuentro ahora a unos días nada más de recibirme de periodista. Profesión que descubrí como mi pasión cuando estuvo todos estos años delante de mis ojos, yo persiguiendo al conejo blanco sin darme cuenta de que ese no era el camino. No importa igual, no me arrepiento de nada. De todo aprendí mucho y me alegro que las cosas se hayan dado como se dieron.

Pueden leer acá lo que escribí para los cinco, los siete y los ocho. Este año fue un año bisagra en mi vida, me di cuenta de una infinidad de cosas que quiero para mi y mi futuro, incluyendo por supuesto, a este espacio. Aunque postié muchísimo menos de lo que me hubiese gustado por el tiempo y las obligaciones mundanas, me animé a hablar de temas que antes no tocaba, le dí con todo a YouTube, plataforma que adoro y además siento que crecimos, no solo yo como persona sino todxs juntxs. Estuve pensando mucho qué escribir hoy así que acá está: nueve cosas que aprendí en nueve años de crear contenido.

Cambiar está bien

Como les decía, empecé a escribir este blog con diecisiete años, ahora tengo veintiséis por lo que se imaginarán lo mucho que cambié. No solo en apariencia física (color de pelo, tatuajes, piercings) sino de personalidad, gustos, intereses y hasta estilo de escribir. Empecé con la idea de estudiar derecho, me pasé a ciencia política y luego a comunicación para terminar en periodismo. Del pelo largo y castaño me fui al gris y corto y fuera de lo superficial, obviamente no soy la misma persona que era en ese momento y ¡Menos mal! A veces veo que los antiguos seguidores se quejan de los cambios pero cambiar está bien.

Hay que crecer, evolucionar, adaptarse y saber darle la bienvenida a esa nueva persona que se va formando. Todxs cambiamos, es parte natural de la vida. Por momentos puede asustar pero es nada más miedo a lo desconocido, a lo distinto, a lo que no estamos acostumbradxs. Pero justamente, hay que tomar ese miedo y transformarlo en motivación para poder decir “Esto es lo que yo soy ahora, y me acepto tal y como soy” Hoy soy esto, mañana no se. Y está bien.

organizarse

Siempre digo que a más audiencia, más responsabilidad tiene unx para comunicar. Esto también trae aparejado que a más audiencia, más cáos puede generarse. Los mails se apilan, se traspapelan, las ideas se escapan si no se anotan y a veces quedan en la nada. Por eso es que una de las cosas más importantes que aprendí en estos nueve años es: organizarse es clave. Crear tu propio método si es necesario  (prometo hacer un post especial sobre esto), un calendario, una agenda, un bullet journal o lo que sea que te permita tener todo claro y a la vista. Descubrí que organizarme es un ritual, disfruto de sentarme, armar mi semana o mi mes, cranear el calendario de contenido y ponerme metas (otra cosa importante). Yo personalmente funciono con listas. Se me hacen cómodas y fáciles y además siento mucha satisfacción cuando voy tachando todo. No importa cómo sea, la organización es fundamental.

Formar una comunidad

Este trabajo puede ser muy solitario por momentos. Por eso tener una comunidad es un pilar necesario para no morir en el intento.  La comunidad tiene tres patas, vos, la gente, y otrxs creadores. Empezando por una misma, hay que ser vulnerable, mostrarse tal como sos. No es para nada fácil pero cuanto la gente más te conoce, y más dejás que te conozcan (dentro de un marco de privacidad y tal) más van a sentirse identificadxs con lo que tenés para contar. Lo que se busca no es ser una celebrity sino una persona común y corriente.

La segunda pata es la gente. Interactuar con tus seguidorxs, crear lazos, saber quiénes son más allá del like, que hacen, interesarse, reconocer caras, acordarse nombres. Todxs somos mucho más que un usuarix detrás de una pantalla.

La última pata, son lxs otrxs creadores. Apoyarse en personas que hacen lo mismo que unx es fundamental y hace que todo sea más fácil y duela menos cuando duele. Porque entienden, porque saben lo que es y porque cuando comprendés que no son competencia, que estamos todxs en lo mismo, el panorama es distinto. Las reinas de verdad se arreglan las coronas las unas a las otras. 

Permitite encontrar tu estilo

Así como unx con los años cambia, nuestro estilo es un reflejo de esa evolución. Sin embargo, llega un momento en el que encontramos ese estilo que no solo nos sienta bien sino con el que nos sentimos mejor. Aprendí que es fundamental dejar que fluya y permitirte encontrarlo sin presiones. Probar tendencias, diferentes siluetas y paletas. La ropa es para mi, una forma de expresión y como tal, puede tener muchas aristas y manifestaciones. No hay un tiempo determinado, puede mutar, cambiar con el tiempo o mantenerse igual por años pero eventualmente pasa y decís, acá está. Acá me quedo.

Calidad sobre cantidad

Una de mis frustraciones más grandes siempre fue “no estoy subiendo lo suficiente” pero en el último tiempo aprendí que siempre es mejor tener calidad sobre cantidad. Prefiero subir cuatro posteos en los que realmente trabajé, me identifican y me siento orgullosa que cincuenta así nomás que los subí porque sentía que tenía que postear algo. No postear está bien. Querer desconectarse, está bien. El problema empieza cuando lo que hacemos lo dejamos de hacer porque lo queremos hacer, y lo empezamos a hacer porque “hay que”.

Valorar tu trabajo

Al principio todo es un lecho de rosas. Te invitan a eventos, te llueven propuestas, te quieren regalar cosas y luego entrás en un círculo en el que terminás trabajando gratis. Valorar esto como un trabajo tiene que estar tatuado a fuego en nuestra cabeza. Escribir, sacar fotos, editar videos y todo lo demás lleva tiempo. Lo que hago lo aprendí sola, con los años de hacerlo y si bien no estudié en ningún lado, tiene un valor y no hay que menospreciarlo. Nunca te tires abajo ni pienses que no valés. Firme siempre y con la frente en alto no significa creerse más que el resto sino respetar que lo que hacés, tiene valor e importa.

Ser fiel a una misma

Creo que de todas las cosas que dije hasta ahora, esta es la más importante de todas.  Ser fiel a unx mismx es el trabajo más grande de todxs. Implica aprender a decir que no cuando algo no encaja con nuestra marca personal aunque eso signifique perder dinero. Significa no quedarnos calladxs ante las injusticias y los problemas aunque implique perder seguidorxs. Es saber cuándo decir que sí, y cuando dejar pasar el tren. No copiarse del resto, entender que el trabajo de cada persona es único y cada unx tiene algo diferente que aportar. Les juro que cuando hacés algo porque el resto lo hace y no porque de verdad querés, se nota. Además, mostrar esas cosas que capaz pensabas que no eran importantes o que a nadie le iban a interesar, tienen mucho más peso cuando se reciben con gusto. Animarse a romper tus propios moldes y prejuicios también es serte fiel.

Ignorar el hate

El hate se borra, se bloquea y a otra cosa. No hay tiempo para perder en alguien que quiere hacer un mal. Cada comentario con mala onda esconde inseguridades propias, enojos y hasta envidia. No digo que no hay que escuchar la crítica porque nos ayuda a crecer pero todo lo que no sirva para construir, se hace a un lado. A palabras necias, thank you, next.

Siempre aspirar a más

Cuando empecé esto lejos estaba de saber que iba a poder viajar para cubrir la semana de la moda en Nueva York, que iba a salir en revistas o que iba a conocer a personas que me inspiran hace años en lugares donde éramos pares. Una de las frases que más me gusta dice “si tus sueños no te asustan es que no son lo suficientemente grandes” y si bien es algo cursi, lo creo enormemente. Siempre hay que aspirar a más, pensar cosas nuevas, superarse, probar algo distinto, salir del molde, tomar riesgos aún sin saber cuál va ser la recompenza. Existen cientos de palabras motivadoras para esto pero el motor debe ser unx mismx. Que el fracaso sirva como impulso, que el éxito de otrxs como inspiración y el propio como combustible para seguir creciendo.

Gracias por acompañarme en estos nueve años, estoy muy emocionada por lo que se viene. Brindo por ustedes.